Desde que leí
el número de Fisioterapia y Divulgación escrito por Eduardo Fondevila (vol. 3,
núm. 3 2015; “Marco conceptual y definición formal de razonamiento clínico en
fisioterapia“) empecé a comprender que el camino para encontrar una solución
por medio de la detección de una causa del problema era una forma de
complicarse la vida y llegar a la frustración. No podemos basar nuestras
actuaciones en la creencia de que somos capaces de localizar la “lesión o
disfunción” actuar sobre ella y pretender que ocurra lo que queramos que
ocurra. ¿Saber qué tejido está lesionado cambiaría mucho tu tratamiento? En mi
caso me ayudaría más conocer el comportamiento de los síntomas, las actividades
que aumentan los síntomas, las que lo reducen, lo que piensa de su problema,
sus estrategias para afrontar el problema. Existe una multitud de datos que se
puede extraer hablando con el paciente y observándolo.
Antes de
empezar la carrera de fisioterapia estudié un módulo de dietética. No suelo
hablar de ello. Lo cierto es que no fui consciente de lo que me aportó. En
nutrición nunca hay causa efecto. No te engorda un bocadillo, hay un cúmulo de
circunstancias que te llevan a un cambio. Hay gente que tiene el objetivo de
adelgazar y no es consciente de que no podemos aislar factor por factor y
esperar a que ocurra el milagro. Hay que intentar hacer cambios que alteren al
individuo. Cambiar su relación con el entorno, la visión y conocimiento que
tiene de este. Con otras palabras, si a una persona no le damos herramientas y
estrategias para cambiar de hábitos, formas de pensar o conductas dañinas no
podremos obtener resultados a largo plazo.
¿Una
movilización AP va a cambiar las circunstancias que hacen que una persona haya
llegado a tu consulta? ¿Mejorar el rango articular, del control motor? y una
pregunta más importante ¿qué crees que ocurre si haces una movilización PA? Hay
muchos expertos que podrían contestar a estas cosas, pero yo me quedo con una
realidad innegable, no sólo movemos un tejido. ¿Sabemos qué movemos cuando intentamos
movilizar algo específicamente? Es complejo tener una respuesta, pero no creo
que sólo movamos tejidos. Movemos creencias, cambiamos conductas. El movimiento
también es una conducta. La fisioterapia consciente o inconscientemente cambia
hace cambiar expectativas, creencias, de forma positiva o negativa, el
movimiento es una de nuestras herramientas principal, junto a una concienzuda y
trabajada estrategia de educación en la salud.
Vamos a
empezar con algo que nos ponga en la misma línea de pensamiento. Puede que no
tengamos la misma visión, pero partamos de la idea de que no podemos saber a
ciencia cierta cuál es la fuente del problema y tenemos que reconocer la
multi-causalidad. Es decir, no podemos aislar una causa única. ¿Cuál sería la
solución a tal problema? Empezaría por no buscar una causa o tejido diana como
único dato relevante, buscaría circunstancias especiales que hayan producido una
respuesta cerebral y/o en el sistema del movimiento. Una vez identificamos esas
circunstancias, intentaría modificarlas si se puede o en su defecto buscar la
adaptación si no se pueden. Para ello tenemos que conocer al paciente, sus
características individuales y su problema en concreto. Una vez tenemos claro
los factores contribuyentes y hemos demostrado que altera los síntomas he
incluso mejora o empeora parámetros de movimientos medidos, podemos llegar a
pensar si vale la pena cambiarlos e intentar que el sistema se adapte a las
nuevas circunstancias. No todo se puede cambiar, pero podemos confiar y hacer
confiar al paciente de la capacidad del cuerpo para adaptarse. Es aquí donde
entraría para mí la estrategia de tratamiento que cambien la postura, aumento
de movilidad, mejora de la fuerza de ciertos músculos, etc. o estrategias de
exposición gradual al problema.
No quiero decir que si tengo la
hipótesis de que un daño tisular está relacionado con el problema del paciente
no la tendría en cuenta. Podría ayudarme a la hora de tener una idea de la
posible evolución de los síntomas, pronóstico y a enfocar el tratamiento si
considero que las fuentes nociceptivas son muy potentes. Pero creo sinceramente
que muchas veces va más relacionado con el comportamiento de los síntomas y los
factores contribuyentes que con la creencia de que el estímulo nociceptivo
proviene de una fuente determinada.
¿Qué he sacado de esta manera de
pensar?
·
La suposición de una fuente concreta no guía el
tratamiento
·
La identificación de disfunciones específicas
y/o su tratamiento no son suficientes para justificar la respuesta de dolor,
pero las estrategias que se siguen en el tratamiento suelen ir relacionadas con
asumir su relevancia en función de cambios sintomáticos y además se suele
trabajar con un programa de trabajo que nos recuerda a una exposición gradual
con reiteradas revaloraciones (el paciente observa mejoras sintomáticas y en el
movimiento. ¿Cambiamos sólo una cosa? Entra en juego muchas respuestas posibles
y que condicionan el resultado.
·
Considero la modificación de creencias,
conductas y miedos parte de los resultados y consecuencias de nuestros
tratamientos, y posible modificación de factores contribuyentes. Saber que esto
sucede nos puede hacer mejores a la hora de intentar modificar con mayor
eficacia estos factores. Actualmente se habla de que estos producen cambios
importantes en la capacidad de adaptación.
·
Muchas estrategias enfocadas en cambios del
sistema de movimiento que tiene sólo en cuenta la medición de cambios en el
movimiento pueden producir en el paciente mejora del autocontrol, pero no
enfocarlo como una medida de exposición gradual para una adaptación del
organismo puede hacer que muchos se obsesionen y no tenga una relación natural
con el movimiento. Contraer antes de hacer algo no lo veo natural y puede
hacernos desconfiar de nuestras capacidades y fortaleza. Piensa lo que quieras,
pero ten cuidado de cómo se lo enfocas al paciente.
· La revaloración es una herramienta que produce cambios
en la percepción del problema, notar que te mueves más y mejor cambia la
actitud ante los problemas.
·
La utilización de herramientas de feedback
también refuerza la sensación de mejora.
·
Tratamientos donde se reproduce cierto nivel de
dolor con una total confianza del clínico y transmitir que es una respuesta
normal, como el caso de dolor local vs dolor referido, o centralización de los
síntomas, podría generar también importantes cambios a diferentes niveles. La
seguridad que transmiten algunos clínicos a los pacientes pese a notar dolor
considero que es una herramienta muy potente para modificar creencias, miedos,
conductas.
·
La sensación de bienestar que se suele producir
tras movimientos controlados por el paciente y el fisioterapeuta, la carga
progresiva adaptada a las circunstancias del paciente puede ser una herramienta
potente.
·
Controlar el nivel de actividad del paciente te
puede dar una idea de su capacidad de adaptación a diferentes cambios
circunstanciales.
·
La fisioterapia mediante el movimiento y junto a
estrategias pedagógicas relacionadas la salud teniendo en cuenta las circunstancias
individuales del paciente producimos cambios no sólo en la biomecánica. Producimos
cambios en la conducta y creencias.